Un Latido
Horas delante del papel,
intentando arrancar de mi corazón palabras.
Palabras encendidas sin luz, palabras.
Palabras que justifiquen lo que quiero para ti, palabras.
Sólo palabras...
Y de repente, en un parpadeo,
siento un latido de mi corazón y comprendo.
Comprendo que no tengo que arrancar palabras,
que no tengo que buscarme,
que no tengo que justificarme.
Un latido...
Un latido, solamente un latido,
del que nace mi felicidad.
Como fuente de sentimientos me salpica,
me cubre todo mi ser interior,
y descubro que cada palabra, cada parpadeo,
cada latido, está impregnado de felicidad,
está impregnado de tí.
Eres tú.
Eres tú mi palabra, mi parpadeo,
mi latido y mi felicidad.
Eres tú, la que me hace sentarme horas
delante de un papel.
Eres tú, palabras, un latido
Playas de noviembre,
donde el fresco sol cansado ,
oye a las aves y peces,
cantando al azul del cielo
el reflejo de un pensamiento.
Mira el viejo tobogan gastado y sin color,
la añeja noria que gira, infinita y cansada
sintiendo una y otra vez el placer y el dolor,
como ardiente clavo entre manos cerradas.
La salvación y suplicio, pugnan con valor
como luz negra en una noche estrellada.
Historias de una vida, rodada con ardor
de sueños y pesadillas, con luz revelada,
Blanco y negro, aroma sin olor,
gira la vida, gira cansada.
Secreto escrito con música,
como hojas otoñales tañendo
al son del membrillo y las nueces.
Al fresco sol de octubre,
un cálido beso robado, secreto,
bajo el viejo morero callado.
Comenzar el día renovado,
acariciando una dulce sensación .
Inocente amor primero
como cielo y mar coloreado
por sencillas manos de algodón
Una mirada en tus caricias,
sentir un beso en tu voz.
Inexistente oscuridad que calla
gritando muda las delicias
caramelizadas de tu amor.
Otoño azul y oro,
inicio de un tierno caminar.
Paseos infinitos de la mano
y besos robados que disfrutar.
Se despiertan los días cortos,
tiempo de sombras alargadas.
Sobre el rostro de ojos azules.
es tiempo de hojas doradas,
Cálidos días grises
de nubes de azul hogar,
con sabor a hierba mojada
y leña seca por cortar.
Y es en la soledad
donde te encuentro,
donde descubro
que te necesito.
Y es en tu cuido
donde de ella me olvido,
donde nace
lo que te quiero.